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El 2 de abril fue declarado por la Organización de naciones Unidas como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. “Hasta hace pocos años en nuestro país no se escuchaba de este padecimiento, hoy ha cambiado el panorama y esto es bueno en términos de dar mayor visibilidad a esta población, sobre todo para entender que ellos requieren de apoyo y ajustes para poder funcionar mejor en la sociedad en que vivimos; sin embargo, aún no es suficiente”, explicó Angélica Cuevas Contreras, psicóloga y directora técnica de Kalimori, una comunidad en Malinalco que trabaja en favor del empoderamiento y el desarrollo de habilidades laborales de personas con discapacidad intelectual, incluido el amplio espectro del autismo.

De acuerdo con datos del Inegi, en México hay casi 5,000 niños con autismo, pero la cifra puede variar. Médicamente, el autismo no se considera una enfermedad como tal, sino más bien una condición genética que afecta en mayor o menor medida la interacción social por medio de la comunicación, la conducta, el lenguaje y la integración sensorial de las personas.

“Existe mucho la idea de que la persona con autismo está en su mundo, pero la realidad es que están en el nuestro, solo que hay una forma diferente de acceder a él”, con esta premisa deben buscarse las formas de empatizar con el tema. “Eso es la concienciación, es entender a la persona con autismo y facilitar los apoyos para que puedan funcionar como miembros activos y útiles en nuestra sociedad”.

¿Qué se puede esperar de una persona con autismo? “Lo mismo que de cualquier otra persona”, aseguró la especialista, “interactuar de una manera cómoda y con una vida lo más independiente que se pueda”.

Para ello, cambios positivos han llegado, por ejemplo, existe una ley mexicana para la atención de personas con autismo, ésta ha sido muy controversial, porque entonces tendríamos que tener leyes para todo tipo de población; sin embargo, se diseñó justamente por la carencia de servicios que requieren.

Asegura que a pesar de que se hacen muchas cosas, no es suficiente, ya que el trabajo es en muchos sentidos, desde generar políticas públicas, leyes y soporte para ejercer la calidad de vida, hasta la sociedad que debe cambiar la consciencia y dejar de verlos como personas enfermas o limitadas, en conclusión “requerimos empatía, comprensión y soporte”.

Agregó que en el tema de la infancia se ha puesto mayor énfasis, pero en lo que estamos atorados ahora es en las personas adultas con autismo, “sus necesidades están poco atendidas y hay que voltear la mirada a ellos porque las familias se enfrentan a la temible pregunta de ¿qué va a pasar con esa persona cuando la familia ya no esté?”, hoy asociaciones como Kalimori están brindando respuesta a esta necesidad, pero deben multiplicarse.

“Para nosotros, este día es importante; sin embargo, el autismo es algo que se vive todos los días y lo atendemos, esa es nuestra forma de honrar el tema”, manifestó.

Fuente: El economista

Por Nelly Toche